Jaume, ¿qué estabas viendo para tener esa cara?
Pues sí, era inevitable. Tarde o temprano, servidor (o lo que es lo mismo, David Buceta), tendría que escribir sobre el Saló.
David Braña lo pedía.
Gabriel Iglesias lo pedía. Era cuestión de tiempo.
¿Por donde empezar? Comenzamos nuestra andanza el 4 de mayo, pillando un avión a las 9 de la noche. Llegamos a tierras catalanas sobre las 10:30, y tras la clavada de la cena del aeropuerto, conseguimos alojamiento por la zona del Prat.
"Me encanta que los planes salgan bien... ¡Y que el motor no se cale, copón!" Al día siguiente pudimos llegar al centro de la ciudad y ver el Saló "en pelotas": gente montando, la furgoneta del
Equipo A con problemas para arrancar, la feria vacía... Primer contacto con la gente de
Excelsior (Jose, Jaume, Poveda y el trooper que les acompañaba, Nacho) y nosotros ya cansados.
El día 6 fue curioso: aguantando en el stand por la mañana, comida al mediodía, entrevista de Gabi a la tarde y acto seguido, largarse a Sant Just Desvern. ¿El motivo? La gente que siga al showman catalán Andreu Buenafuente lo sabrá. Por cierto, le ha debido de gustar la taza, ya que lleva estos días con ella...
"Tenemos gente de Vilagarcía de Arousa..." El gritito de marras que vino a continuación a alguno le sonará familiar... El resto de días fueron más o menos iguales: cansancio, ajetreo, intentos de ventas, algunas compras y vistazos a lo que había dentro. Disfraces trabajados, disfraces estrafalarios, ¿disfraces? donde algunas dejaban ver sus encantos... Intercambio de dibujetes con Ibáñez, Moebius dándose un garbeo por la zona de los fanzines, María Vilar y Nacho rondando, David Braña acercándose a ver como nos iba, hambre, sed, el poder ponerle cara a Jaime Collado (si no habéis leído Johnny Caronte, hacedlo ya).
Así se arregla un país. Dedicándose dibujos. Mención especial a los colegas de Excelsior; hubo momentos para charlar sobre cómics, sobre fanzines, y hubo momentos para hacer el gilipollas, que se agradece. Pronto procuraré tener listo un vídeo donde se podrá ver al Trooper Nacho por el metro de Barcelona, saludando a la gente. Eso sí es dedicación. Dar las gracias a Jordi, amigo de los fanzineros, que nos acogió en su casa cual vagabundos que hacen dibujetes.
Nacho, captando clientes. A su izquierda, uno de los integrantes de Adobo. En definitivas cuentas, pese a que el humor de algunas personas variaba por imprevistos, ha sido una semana intensa, molona y divertida. Y hay algunas sorpresillas que se podrán mencionar más adelante, sobre proyectos y demás...
La persona de físico envidiable soy yo. La que tenía al lado, Leia esclava. Ahí queda eso.